Economía, seguridad y educación: los compromisos del nuevo Presidente
Como es tradición desde el retorno de la democracia, hace ya 35 años, el pasado 1 de marzo asumió el nuevo Poder Ejecutivo, esta vez encabezado por el nacionalista Luis Lacalle Pou.
En su discurso en el Parlamento frente a la Asamblea General y las delegaciones del extranjero invitadas a su asunción, Lacalle Pou remarcó los puntos clave de lo que será su agenda de gobierno para los próximos cinco años. El énfasis del presidente estuvo puesto en tres grandes áreas: economía, seguridad y educación. Los ejes mencionados marcaron una continuidad respecto a lo que fue la plataforma de campaña del por entonces candidato nacionalista.
Al comenzar su oratoria, Lacalle Pou saludó a quienes lo acompañaron en el inicio de su gestión, entre ellos a su esposa, sus hijos, su madre y al “señor expresidente y querido padre” Luis Lacalle Herrera. El exmandatario, ubicado en un palco junto a la familia del flamante presidente, le correspondió con una sonrisa, el pulgar arriba y una guiñada.
En materia económica, Lacalle Pou anunció que el nuevo gobierno impulsará una “verdadera regla fiscal” y que se “manejará de manera austera” para así contrarrestar los problemas que presenta actualmente la economía nacional, con un déficit de las cuentas públicas cercano al 5% del PIB, 50.000 desocupados y una caída sensible de la inversión. Además, afirmó en ese contexto que se creará una agencia de evaluación y monitoreo de las políticas públicas.
Dentro del eje económico, indicó que una reforma de la seguridad social es prioritaria. “El gobierno saliente definió su urgencia, pero no la acción. Y nos comprometemos a convocar a todos los partidos políticos, a toda la sociedad civil y a los técnicos idóneos en la materia, para urgentemente hacer del sistema de seguridad social un sistema sostenible”.
El presidente tiene entre sus cometidos para el período de gobierno tomar acciones para impulsar la inversión en el interior del país. Indicó que Uruguay “padece un desequilibrio poblacional entre las zonas metropolitanas y el resto del país” y que “claramente esta migración tiene un contenido económico, un componente educativo y sanitario, sumado al confort necesario para esta época. Nuestro gobierno va a potenciar todos los instrumentos que tenga al alcance para estimular la radicación de inversiones en el interior del país”, aseveró.
La seguridad, uno de los temas centrales de la pasada campaña electoral, fue otro de los aspectos en los que más hincapié hizo el mandatario durante su discurso inaugural. En tal sentido, Lacalle Pou se comprometió a “recuperar cada rincón de nuestra patria y también de las cárceles”.
El presidente subrayó que a pesar de que el presupuesto en seguridad se multiplicó por cuatro en los últimos años, los resultados en esta materia siguen siendo deficitarios, y declaró la situación como una “emergencia”.
Respecto a la educación, Lacalle Pou apuntó a la necesidad de innovar y adaptarse a los nuevos tiempos tras un período de retroceso en los resultados educativos. “Nuestro país pasó de estar a la vanguardia de América Latina, a estar entre los más atrasados en el porcentaje de jóvenes que culminan la educación media. A esto se suma que no hemos podido mejorar la calidad del aprendizaje de aquellos que siguen asistiendo a clase, y la falta de buenos resultados en la educación se convierte rápidamente en una fractura social”, apuntó.
En ese marco, reiteró su idea de introducir cambios en el gobierno de la educación con el objetivo de hacerla “más ágil y efectiva”. También manifestó su intención de tomar medidas que tiendan a “fortalecer auténticas comunidades educativas”. Asimismo, sostuvo que habrá que innovar en las modalidades de supervisión de los resultados logrados en materia educativa.
Más allá de los tres principales temas tratados, el presidente también hizo alusión a la defensa y promoción de las libertades y los derechos de los uruguayos.
En este sentido, habló en defensa de la diversidad y la convivencia, a favor de las personas nucleadas en diversas organizaciones así como también de los uruguayos sin voz.
“Permítanme invitarlos a trabajar por la libertad en todas sus formas. La libertad de poder vivir en paz, la libertad de poder elegir un trabajo digno, la libertad de poder darle un techo a la familia, la libertad de poder perseguir los sueños personales. La libertad de expresar las ideas de cada uno sin temor a ser hostigado por quienes piensan distinto”, dijo el presidente. Y sentenció: “Si los uruguayos son más libres, habremos hecho bien las cosas. De lo contrario, habremos fallado en lo esencial”.
Además, manifestó que dentro de las libertades también se incluye la crítica al gobierno “cuando se lo merezca”.
Asimismo, dijo que respetará “el derecho de quienes tienen simpatía por nuestro gobierno y el de aquellos que hubieran preferido que gobernaran otros. Los derechos de quienes viven de su trabajo y los derechos de quienes generan esos puestos de trabajo. Los derechos de hombres y mujeres de distintas creencias y orientaciones sexuales. Los derechos de quienes están presos y los derechos de quienes se ven amenazados o son víctima de delito. Por supuesto que también los derechos de aquellos que combaten el crimen. Los derechos de aquellos que no se animan a dejar su casa sola y los de quienes no tienen una casa para vivir”.
La “vivienda popular”, precisamente, será una de las prioridades del nuevo gobierno. El presidente sostuvo que habrá un “compromiso claro con cerca de 190.000 uruguayos que, a pesar de la bonanza económica de estos años, viven en asentamientos”. Lacalle Pou reconoció que por la naturaleza del problema difícilmente éste se resuelva en cinco años, pero recalcó que es necesario “mejorar y acelerar las situaciones habitacionales para estas familias”. Fue así que adelantó que la “vivienda popular” constituirá uno de los ejes de su administración.
“Hay que fortalecer la región, el Mercosur, y al mismo tiempo lograr flexibilizar el bloque para que cada socio pueda avanzar en procesos bilaterales con otros países”, manifestó Lacalle Pou al tocar el tema de la inserción internacional. El presidente señaló que no debe importar el signo político de cada gobierno del bloque. “Si dejamos de lado estas cuestiones ideológicas que nos pueden diferenciar, el bloque se va a fortalecer en el concierto internacional”, afirmó.
En este capítulo, también se refirió a las negociaciones entre el bloque regional y la Unión Europea en torno a un acuerdo comercial. Sobre el punto remarcó que “los procesos iniciados deben de terminarse. Si no se terminan, generan descreimiento”.
La sustentabilidad también ocupó un tramo del discurso del presidente, quien manifestó su compromiso con el medio ambiente. “No podemos seguir mirando para el costado mientras nuestro medio ambiente continúa deteriorándose”, planteó Lacalle Pou, para después prometer que se va a “jerarquizar el tema creando un ministerio específico”. “Vamos a acelerar la puesta en práctica de un proceso amigable con el ecosistema. Premiaremos a los que ayudan a mitigar la acción humana y seremos severos con aquellos que contaminan el ambiente. Urge tener un diagnóstico acabado de la calidad de nuestras aguas y actuar en consecuencia”.
En su discurso, de exactos 30 minutos de duración, Lacalle Pou destacó el acuerdo histórico alcanzado por cinco sectores políticos –Partido Nacional, Partido Colorado, Cabildo Abierto, Partido Independiente y Partido de la Gente-, el cual abre una nueva era en la política uruguaya luego de 15 años de gobierno del Frente Amplio.
“Hoy estamos ante un momento de cambio político, es la primera vez en la historia que el gobierno será ejercido por una coalición compuesta de cinco partidos. Y obviamente, como todo lo nuevo, genera incertidumbres. Y se hace camino al andar”, estimó.
Recordó que la ciudadanía se expresó a favor de un “cambio pero acompañado de acuerdos. Es hora entonces de cumplir con la voluntad popular. Se terminan hoy los tiempos de los discursos”, expresó Lacalle Pou, quien prometió “dialogo constante” con el Frente Amplio y las organizaciones civiles. “Pero enseguida del diálogo, la acción”, aclaró.
Como dijo en varias oportunidades durante la campaña electoral, Lacalle Pou recurrió a la idea de “hacerse cargo” en su primer mensaje como estadista. “Llegó la hora de hacernos cargo. Llegó la hora de hacerme cargo. Viva la patria”, concluyó el flamante presidente.
Apoyo: Gestos simbólicos entre dos presidentes
El momento del traspaso de la banda presidencial, en la plaza Independencia, fue uno de los puntos altos de la ceremonia de asunción del pasado domingo 1 de marzo. El encuentro entre el presidente saliente, Tabaré Vázquez, y el entrante, Luis Lacalle Pou, dejó en claro la solidez de la democracia uruguaya.
Tras los actos en el Parlamento, Vázquez recibió a Lacalle Pou y a la nueva vicepresidenta Beatriz Argimón. Cuando se acercaron, el presidente entrante le dijo al saliente: “Es un gusto verlo, presidente. Muchas gracias en nombre de los que venimos”. Ya en el escenario se saludaron ante la mirada del público y entre cánticos de “¡presidente, presidente!”. Tras colocarle la banda presidencial, Vázquez reconoció a su sucesor con aplausos. Lacalle Pou, ya investido, acompañó a Vázquez a descender del escenario. El nuevo presidente, durante un breve discurso en la plaza Independencia, le agradeció al exmandatario por los servicios prestados en estos cinco años “en el acierto como en el error” y destacó que “el país ha construido una democracia en este tipo de ceremonias”.
“Vuelvan a sus casas que mañana arranca un gobierno que no va a descansar”, dijo Lacalle Pou sobre el cierre. “Mañana arranca un gobierno que va a llevar adelante la tarea de todos los uruguayos”. Finalmente, señaló que “si todo sale bien, será gracias al equipo”, aludiendo a los ministros que acababan de ser designados. “Si las cosas no salen como los uruguayos necesitan y quieren, no miren al costado. La responsabilidad va a ser exclusivamente del presidente de la República”, concluyó.