Comunicaciones efectivas: No digas nada, tu cuerpo habla
Por Tabaré A. Delgado – DOCENTE DE ADM
Máster en Comunicación Organizacional y Personal
La Comunicación No Verbal (en adelante, también CNV) incluye gestos, posturas, miradas, tonos de voz, y otros signos y señales no verbales; expresa el complejo mundo afectivo compuesto por emociones, sentimientos y estados de ánimo. Reflejan cómo te sentís y manifiestan la marcha de los procesos cognitivos relacionados con la atención, la memoria y la imaginación.
Con la práctica, el conocimiento de la CNV se transforma en un tipo especial de inteligencia, que perfectamente se puede llamar la inteligencia “no verbal” (es un tipo de inteligencia emocional, pues previene y resuelve conflictos que no pueden abordarse de ninguna otra manera, ya que su causa se encuentra en patrones no verbales de comportamiento emocional inconsciente).
La CNV son procesos, básicamente, inconscientes, y está omnipresente en nuestras actividades cotidianas. Por eso es bueno “monitorearse”, conocerse “las caras” que hacés o ponés ante determinadas circunstancias. Lo mejor para ello es mirarse frente a un espejo y realizar diferentes acciones. Por ejemplo: “así me río”, “así pongo cara de preocupado”, “cara de asombro”, “de sorpresa” y otras miles, de manera de no sorprenderte a ti mismo cuando miras una foto, te ves serio y señalas “yo pensé que me estaba riendo”. También para conocerte y no responder automáticamente (ya que las respuestas automáticas son enemigas de la verdadera comunicación efectiva) cuando te dicen “qué cara tienes hoy, ¿estás enojado?” y tu dices “no”; ten en cuenta, que por alguna razón la persona te lo preguntó, probablemente tu CNV estaba comunicando algo que no era lo que tu querías transmitir.
Lenguaje corporal: el rostro
Hay que tener presente que con sólo 44 músculos faciales se pueden componer unas 5.000 expresiones en el rostro que pueden manifestar diferentes estados de ánimo. Estos músculos, al expresar alegría u otras emociones, tienen un efecto comunicativo y contagioso, y su impacto es muy fuerte como paralenguaje. El mal humor y la risa son muy comunicativos. La expresión facial ejerce una influencia negativa o positiva en un radio de 10 metros, por esa razón, a veces ingresás a un lugar y sientes que hay “mala vibra”. Mira las caras de los presentes y notarás que hay una que “no está en su mejor día”.
El Dr. Paul Ekman (sobre sus estudios está basada la serie televisiva “Lie to me” o “Miénteme”. Ten en cuenta que es un show televisivo y exagera con la CNV en muchos aspectos) y sus colaboradores han realizado, durante más de 40 años, estudios sobre las expresiones faciales y sus significados emocionales. Utiliza métodos de laboratorio, como por ejemplo, la aplicación del miógrafo para realizar mediciones de la actividad muscular del rostro ante la percepción de estímulos capaces de desencadenar emociones intensas. Ekman demostró que las emociones básicas universales del género humano son: alegría, tristeza, miedo, enojo, asco, desprecio y sorpresa. Estas emociones se distinguen una de otra y de otros fenómenos afectivos por la presencia de señales corporales específicas que se deben a cambios fisiológicos automáticos.
Las emociones de desprecio, disgusto y enojo son típicas del comportamiento arrogante e indicadoras de una valoración exagerada del ego (puede ser por status social, económico o debido al narcisismo por atracción o por talento artístico).
En el caso de los introvertidos, su CNV se caracteriza por un alto grado de dominio sobre la expresión de sus emociones que se manifiesta a través de un lenguaje corporal parsimonioso. Sus movimientos suelen ser lentos, su volumen de voz bajo y modulado, y sus miradas, aunque penetrantes, transmiten calma.
El arte de la comunicación humana es un complejo espacio donde profundizar ya que permite hacer grandes avances en el mundo organizacional.
Este y otros temas se tratan en profundidad y de manera actualizada en los diferentes cursos, talleres y tecnicaturas que ofrece el departamento de Capacitación Empresarial de ADM.