¿Recuerda la última vez que abrió su buzón y vio una carta? Seguramente, exceptuando recibos, facturas y demás documentación que la mayoría desearíamos no recibir, la respuesta sea no. Y es que cada vez se reciben y envían menos cartas.

Así lo confirma una encuesta realizada por la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia (CNMC) que determina que dos de cada tres españoles, el 63,1%, no disfruta ya de la lectura de una carta en papel.

Además, el 53,9% de la población asegura no haber acudido a una oficina de Correos en los últimos seis meses y en el caso de haberlo hecho, el motivo era la recogida o envío de paquetes.
Pero no solo los particulares son los afectados por la irrupción del mundo 2.0 pues, también se ha visto un descenso en los envíos administrativos y de empresas de servicios.

Solo los bancos, las compañías eléctricas o las telefónicas siguen haciendo llegar (y de manera muy puntual) cartas a los ciudadanos. Aunque son las compañías de telefonía las que cada vez hacen un mayor uso de la comunicación digital para dirigirse a sus clientes (50,7%), mientras que las eléctricas prefieren seguir utilizando el papel (79,8%).

Parece evidente que la mayor rapidez de los servicios electrónicos ha convencido a los ciudadanos para olvidarse del papel y del cartero que ya no llama dos veces y, por lo que parece, ni siquiera una.