Los tres economistas coincidieron en que es peligroso demorarse en acompañar suba del dólar en países vecinos
El contexto externo menos favorable, la desaceleración de la economía uruguaya y las prioridades del gobierno en materia de política económica, estuvieron en el centro de la discusión en el desayuno de hoy, en el cual expusieron los economistas Javier de Haedo, Ignacio Munyo y Pablo Rosselli.
Si bien los expertos coincidieron en el diagnóstico, mostraron matices –entre ellos y con el gobierno– respecto a las prioridades a atender y las valoraciones sobre lo transitorio o permanente del shock externo que enfrenta la economía local.
El economista independiente Javier de Haedo hizo un recorrido por la historia reciente de la economía uruguaya a través de la alegoría de un avión, desde su despegue –con la salida de la crisis de 2002– hasta el inicio de un “aterrizaje forzoso” que ilustra la coyuntura actual.
Según De Haedo, “el gasto público procíclico ha sido una lección mal aprendida”, y que los gobiernos del Frente Amplio volvieron a repetir los errores históricos de la conducción económica uruguaya. Otra lección “mal aprendida” es que “nos seguimos demorando en acompañar a nuestros vecinos”, en alusión a la magra suba del dólar a nivel local respecto a Brasil. Respecto a ese punto, sostuvo que el gobierno maneja “más objetivos que instrumentos” y que se corre el riesgo de “tratar de conseguir mucho y terminar obteniendo nada”.
Explicó que “un aterrizaje forzoso no es estrellarse contra una montaña”, aclaró que “no tenemos un 2002 por delante”, pero que eso no quita que hayan “daños” y “algunas bajas”.
Por su parte, el director del Centro de Economía, Sociedad y Empresa del IEEM (Universidad de Montevideo), Ignacio Munyo, dio una visión más optimista que sus colegas. Sostuvo que el escenario externo no es positivo para Uruguay, pero tampoco “estamos recibiendo las 10 plagas de Egipto”. Todavía quedan, sostuvo, “oportunidades para aprovechar”.
Para Munyo, el shock externo negativo que enfrenta la economía uruguaya tiene mucho de transitorio. Sostuvo que la suba de tasas de interés en EEUU será de forma muy gradual y que en el mediano plazo Uruguay seguirá siendo “muy atractivo para la inversión extranjera directa”.
Respecto a la baja en el precio de las materias primas, dijo que los commodities que Uruguay exporta han tenido una caída menos pronunciada que el resto de los productos primarios y que su “panorama no es negativo para los próximos años”.
A nivel local, insistió en que “la paridad cambiaria con Brasil es muy difícil de sostener”, pero que no se puede sacrificar la inflación de un dígito para atender la necesidad de mejorar los precios relativos. Por eso propone que la variable de ajuste sean las tarifas públicas, permitiendo compensar los efectos inflacionarios de tolerar un dólar más alto.
Por su parte, el economista jefe de Deloitte, Pablo Rosselli hizo hincapié en la importancia que tiene para Uruguay abaratar su producción respecto al resto del mundo.
“Estamos convencidos de que estamos ante un contexto francamente negativo para Uruguay”, dijo el experto. “Tenemos que bajar nuestros costos en dólares para permanecer competitivos”. En ese sentido, sostuvo que “el gobierno debería privilegiar la competitividad” permitiendo una suba más pronunciada del tipo de cambio, “aunque eso implique una inflación transitoria por encima del 10%”.
Ese ajuste, sostuvo, tiene que venir no solo por un tipo de cambio que refleje mejor el ajuste de los socios comerciales y competidores del país sino además por los precios domésticos. “Son los que más deberían moderarse y sin embargo, son los que más están subiendo”, sostuvo
Podes descargar aquí las presentaciones : Pablo Rosselli Javier de Haedo Ignacio Munyo
Fuente: El Observador