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La economía uruguaya tendrá un 2018 sin grandes sobresaltos, según Alfie y Caumont

La economía uruguaya tendrá un 2018 sin grandes vaivenes producto de una contexto regional y mundial que no presenta amenazas relevantes a corto plazo. La Asociación de Dirigentes de Marketing (ADM) dio inicio a su ciclo de eventos este miércoles con un desayuno en el Club de Golf sobre proyecciones económicas con la participación de los economistas Isaac Alfie y Jorge Caumon, y el contador Conrado Hughes.
En su exposición tanto Alfie como Caumon descartaron que Uruguay no esté atravesando por un período de “atraso cambiario” como sostiene el ministro de Economía, Danilo Astori, pese a que admite que el país está caro en dólares. Además, ambos consideraron como improbable que el gobierno pueda cumplir con la meta de llevar el rojo de las cuentas públicas a 2,5% del PIB para el final del período, sin realizar ajustes en el gasto público o subir impuestos.
Por otro lado, Caumon dijo que el país no cuenta con una política monetaria definida, ya que a veces interviene en el mercado cambiario y otras veces no. Expresó que la política de emisión de letras de regulación monetaria le cuesta al país unos US$ 600 millones anuales.
Para Alfie, el “problema central” que enfrenta la economía uruguaya es fiscal, con un déficit descontrolado en medio de una época de bonanza como la actual. En ese sentido, mostró su preocupación por un rojo consolidado de la cuentas públicas del 3,8%, que está llevando a que la deuda bruta ronde los US$ 38 mil millones, lo que equivale al 65% del PIB. El experto alertó por el crecimiento del gasto público primario que pasó del 24% del PIB en 2004 a 30% en 2017. Además, consideró que la tasa de crecimiento oficial está “muy influenciada” por el efecto de las telecomunicaciones.
En ese sentido, indicó que tomando ajustes metodológicos que hizo EEUU como Europa para corregir ese efecto, el PIB de Uruguay hubiera caído en recesión en 2015 y luego se habría estancado en 2016. Según Alfie, el efecto telecomunicaciones en la medición del PIB sobredimensiona la actividad en casi 1 punto. Para 2018, el economista consideró que salvo algo “muy malo” en Brasil, el escenario para Uruguay es “benévolo”.
En tanto, Caumon fue un poco más cauto y consideró que aún reina un “poco de incertidumbre” a nivel global y regional, en particular por la normalización de la política monetaria de EEUU por parte de la FED, algo que ya se está traduciendo en mayores costos para el financiamiento de la deuda pública uruguaya.
Añadió que si el dólar se fortalece, ello puede llevar a un cierto debilitamiento en el precio de los commodities, con excepción del petróleo que se rige por los pactos de la OPEP. El economista estima que el crecimiento de Uruguay de 2017 -que se conocerá a mediados de marzo- estará por debajo del consenso de los privados del 3% y será de 2,8%, guarismo que se desacelerará a 1,8% para 2018 a su juicio.

Por el vecindario

Alfie inició su disertación trazando una pantallazo general de la economía mundial donde, a su juicio, no hay grandes turbulencias. “En el mundo se ve una recuperación contundente y armónica”, aseveró, aunque en la región todavía ello no termina de consolidarse. En particular, hizo foco en el sostenido crecimiento que muestra la economía de EEUU, al que se le acopló en los últimos tres años el de Europa.
Para Alfie la política de gradualismo que lleva adelante el gobierno de Mauricio Macri en Argentina quizás se deba a que tampoco tiene mucho más margen para actuar. Dijo que ello se está tradujo en una salida de la recesión que demoró más de los esperado y que la tasa de expansión de la economía no sea tan vigorosa. Sin embargo, admitió que el elevado déficit fiscal sigue siendo un problema de compleja solución ya que se sigue financiando con deuda pública. “La película de déficit y atraso cambiario en Argentina ya la sabemos”, resumió. Alfie dijo que a fines de 2017, la vecina orilla tenía un tipo de cambio en términos reales igual que el de 2001.
En el corto plazo, el experto no ve grandes amenazas para la economía argentina en la medida que continúe accediendo a financiamiento. “La incertidumbre política sigue vigente”, alertó. Dijo que para que los capitales extranjeros apuesten a Argentina se necesitan mayores señales de estabilidad que las actuales, más allá de los deberes que hizo Macri con la eliminación del cepo cambiario o su política sobre la retracciones.
Caumon, en tanto, indicó que producto de la fuerte devaluación que procesó Argentina en los meses de enero y febrero, Uruguay está perdiendo la ventaja que tuvo hasta 2017 en términos de competitividad, algo que alentó la llegada masiva de turistas en esta temporada.
Pasando al otro gigante del Mercosur, Brasil, el exministro de Economía durante el tramo final del gobierno de Jorge Batlle, dijo que actualmente hay una “incertidumbre política muy grande” que es lo que está llevando a que la economía tenga una especie de “freno de mano” activado. “Es uno de los riesgos reales que tenemos en 2018”, reconoció Alfie. Dijo que dentro de tres o cuatro meses se sabrá con mayor exactitud cómo reaccionan los mercados si se consolida el favoritismo de Lula para los próximos comicios.
Alfie estimó que el atraso cambiario de Brasil -en base a un índice de exportación de su commodities más relevantes- se ubica actualmente en un 19%. Por su parte, Caumon consideró que una mejora de la economía brasileña este año puede llevar a que las exportaciones de Uruguay a ese destino puede mostrarse algo más dinámicas de lo que lo hicieron el año pasado.

Suba de tasas

Dada la recuperación del PIB de EEUU y el crecimiento de los salarios reales y la inflación en ese país, Alfie manejó como más probable un escenario de tres subas de tasas de la Fed este año. “Es algo más rápido de lo que yo esperaba el año pasado”, reconoció. En tanto, Caumont consideró que serán cuatro las subas de la Fed para cerrar el 2018 con una tasa de referencia de 2,25%.

La mirada política

A su turno, Hughes se enfocó básicamente en coyuntura política. En ese contexto, dijo que a 30 meses de las próximas elecciones, hoy no hay candidaturas “cantadas” como en campañas anteriores, el partido de gobierno enfrenta problemas internos, y han surgidos nuevos actores en el campo social (por los autoconvocados). Además, consideró que no hay “señales claras” de renovación y vislumbra como difícil que las mujeres puedan tener un rol protagónico en los próximos comicios y que las elecciones internas “van a dejar cicatrices”.
Para el exdirector de OPP del gobierno de Luis Alberto Lacalle, el próximo gobierno no contará con mayoría parlamentaria. Dijo que a diferencia de los gobierno anteriores del Frente Amplio, para estas elecciones no llega en “embalado”.
NOTA CORTESÍA DE  EL OBSERVADOR