Ante un público básicamente empresarial y de dirigentes políticos que colmaron los salones de Punta Cala, Iglesias señaló que sobre todo en Europa y EEUU hay una sociedad “frustrada y enojada” que se vuelve “confusa e impredecible”.

Al analizar lo que llamó el “espacio regional”, aconsejó mirar la integración con una “visión moderna, más flexible y menos ambiciosa” en una realidad donde se irán acentuando “las zonas de influencia”.

Sanguinetti dijo que desde hace años Uruguay diversifica mercados pero el tema hoy es acceder sin aranceles. El 60% de las exportaciones del país pagan aranceles cuando Nueva Zelanda lo hace para el 20% de sus exportaciones.

Por eso alentó a firmar acuerdos comerciales y superar “el debate ideológico muy fuerte” que se da en el Frente Amplio que frenó, por ejemplo el tratado con Chile y “desgraciadamente” alejó a Uruguay del debate de los servicios. “Ese es un cuello de botella” y “tenemos que introducirnos en la globalización”, dijo Sanguinetti. Es que el gobierno de Tabaré Vázquez que firmó un acuerdo con Chile encuentra resistencias del oficialismo en el Parlamento y antes había visto caer su intención de avanzar en el TISA que es el acuerdo global para los servicios, ante la oposición del Frente Amplio.

Sanguinetti reclamó que se mejore “la competitividad” y la “productividad del trabajo”. En tal sentido comentó que los dirigentes sindicales, más que en el salario, deberían pensar que lo que está en riesgo son los empleos.

Iglesias coincidió que hay que trabajar en el tema productividad y dijo que hay que “tomar conciencia que en el mundo hay que actuar con cautela, seguridad y muchos amigos”.

Sanguinetti aprovechó también su participación para defender el sistema de retiro de las AFAPS, cuestionó la ley del año 2008 que flexibilizó los mecanismos para jubilarse incluso por invalidez y también criticó los resultados del sistema educativo donde “flota el corporativismo”.