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6 pasos para rendir más en tu semana

Comenzamos el 2016, llenos de buenas intenciones y expectativas. Abordamos el paso de las semanas con bríos renovados y dedicamos nuestro tiempo a trabajar según nuestros principales intereses y, tal parece que, quisiéramos hacer cada vez más y más para aprovechar nuestros recursos al máximo.

 Sin embargo, hacer más no implica necesariamente ser más eficiente o que nos irá “mejor”. Si bien es importante tener orden y aprovechar bien nuestro tiempo, lo más relevante es tener un equilibrio adecuado entre los recursos que tenemos y las actividades que conscientemente queremos realizar.

A pesar de las buenas intenciones que tengamos, es muy fácil regresar a la misma rutina y toparnos con los mismos obstáculos a los que nos enfrentamos. Así que las “nuevas” actividades que tuviéramos proyectadas realizar “en algún momento”, pueden quedar relegadas indefinidamente en el mar de nuestros pendientes personales y laborales.

Por lo mismo considero que, aunque hay que vivir la vida momento a momento, día a día y, una semana es una unidad de tiempo muy apropiada para vislumbrar y administrar nuestras actividades y pendientes de forma más clara.

A continuación comparto algunas de los puntos más importantes para considerar a la hora de vislumbrar, planear y administrar las actividades de nuestra semana:

1. Entiende quien eres

Definir tu perfil personal tiene que ver con conocer quién eres en realidad. ¿Qué persigues? ¿Cuáles anhelos tienes? ¿Qué es lo que más te gusta y te disgusta de ti mismo? Consiste en conocer los aspectos más relevantes que quieres desarrollar y/o realizar a corto, mediano y largo plazo. Incluye las facetas de mayor relevancia que componen tu vida y “consumen tiempo” tales como hogar, pareja, familia, trabajo, crecimiento personal, desarrollo intelectual, finanzas personales, esparcimiento y salud, descanso, etc. Definir tu perfil implica saber cuáles son los puntos más relevantes para ti y comenzar a definir la cantidad de tiempo que les dedicarás.

2. Prioriza y subdivide

Priorizar nuestras actividades de mayor a menor importancia y estar conscientes de los tiempos que tenemos que asignar a cada una es muy importante. Aunque es esencial conocer las actividades y pendientes más importantes que queremos realizar, también es esencial dividir esa “gran” meta en acciones más pequeñas, identificables y manejables. Recordemos que los grandes logros son el fruto de una cadena de acciones coordinadas y orientadas hacia un mismo fin. En lugar de tener una gran meta como único objetivo, conviene dividirla en varias tareas que estén orientadas hacia la consecución de nuestra acción prioritaria. De esta manera, podremos medir nuestro progreso y evaluar el curso de nuestras acciones de forma mucho más realista.

3. Asigna espacios y momentos para cada cosa

Ya que hayas establecido la prioridad para cada actividad (trabajo, hogar, familia, etc.) es conveniente adjudicar un espacio o tiempo específico durante la semana en el que esperamos llevar a cabo dicha actividad. Es importante mencionar que la asignación y ejecución de los mismos debe estar acompañada de una buena dosis de disciplina y otra de flexibilidad. El equilibrio aquí reside en ser lo suficientemente disciplinados para llevar a cabo lo que nos propusimos y flexibles cuando hay cambios imprevistos en los que hay que reasignar tiempos o espacios.

4. Sé consistente

Perseverar y ser constante en orientar nuestras acciones y tareas con base en nuestras prioridades es tan importante como definirlas y llevarlas a cabo correctamente. La consistencia implica trabajar duro para lograr nuestro objetivo y no esperar un agente de cambio externo que modifique nuestra situación. Es decir, no hay que esperar algo extraordinario en nuestra vida para comenzar trabajar de manera especial. Hay que comenzar por actuar de forma extraordinaria (diferente a lo ordinario) para comenzar a tener resultados diferentes.

5. Proyecta semanalmente, pero actúa y mide diariamente

Comienza por proyectar los quehaceres que quieres para tu semana y elige las actividades de mayor a menor importancia (las que “tienes” que hacer y las que quieres hacer). Asigna tiempos y días y comienza a trabajar una nueva agenda que incluya las actividades importantes para ti. Recuerda incluir no sólo actividades relacionadas con el trabajo, sino también con familia, amigos y crecimiento personal, entre otras. Al final de cada día, realiza una evaluación de las cosas que hiciste y las que necesitan ser reagendadas.

6. Respeta todas las actividades

Todas las actividades de tu día son importantes. En ocasiones la inercia del día nos lleva a subvaluar la relevancia de algunas actividades frente a otras. Es muy importante estar atentos y respetar los espacios que hemos asignado para cada una de nuestras facetas. Cuando comenzamos a menospreciar ciertas actividades (que definimos previamente como importantes) puede resultar en un desequilibrio en el mediano o largo plazo.

Recuerda que enfocarse solo en las máximas prioridades trae como consecuencia rezagos y acumulación de muchas otras tareas que a la larga pueden resultar en una saturación mayor que nos costará más trabajo y recursos resolver. Es mejor distribuir el tiempo entre todas las prioridades (pequeñas y grandes). ¿Qué recursos consideras importantes para planear y ejecutar tu semana?

Fuente: Merca2.0